Quo vadis?

neron

De adolescente leí con pasión la novela del cardenal-historiador polaco Enrique Sienkiewicz titulada Quo vadis. La recuerdo con nostalgia, porque en una época como la adolescencia en que se necesitan valores bien trazados, esa era una novela muy definida: Los cristianos eran siempre buenos, los romanos casi todos malos, las fieras del circo estaban siempre hambrientas, los gladiadores peleaban a muerte, los protagonistas eran hermosos, etc. Tan llena de personajes típicos, que Hollywood ha venido desde entonces haciendo estragos basados en esta ficción del cardenal Sienkiewicz. Desde «El Manto Sagrado» hasta “Gladiador”, todos han bebido de la fuente del cardenal novelista.

Me vino a la mente la novela, después de leer con asombro, con estupor, casi con espanto en algunos diarios, que el Presidente Maduro en pleno follón de marchas, posibles juicios políticos y mediaciones papales crea un programa que se llama “La Hora de la Salsa” que se transmitirá por Radio Miraflores… Tuve la morbosa oportunidad de verlo “echando un pie” con Cilia Flores en la inauguración de tan “magno evento”.

La novela Quo Vadis se desarrollaba en la Roma imperial, en época de Nerón, gobernante que pasó a la historia como modelo de crueldad, arbitrariedad, incapacidad y sobre todo de exhibicionismo. Al parecer Nerón escribía discursos, canciones y poemas que leía en una especie de programa en vivo que se llamaba en latín “Ave Imperator” (“Aló Emperador”) y atormentaba al senado y público en general con esas (des)composiciones que eran consideradas mas bien deposiciones, pero nadie se atrevía a decírselo por miedo a perder el puesto y hasta la vida.

Según la novela también, un rico y culto romano llamado Petronio harto de intrigas palaciegas y de no ver una salida posible a la pésima situación de Roma, decide suicidarse. El autor de Quo Vadis inventó una carta con la que Petronio se despidió de Nerón quien había sido amigo en otra época menos loca. En esta carta ficticia, (aunque la persecución y suicidio fueron reales según Tácito y Plutarco), Petronio le dice, entre otras cosas, al Emperador:

… “Pero tener que soportar por tantos años tu canto que me destroza los oídos, ver tu barriga digna de Domicio, y tus flacas piernas dando grotescas volteretas en la pírrica danza; escuchar tu música, oírte declamar versos que no son tuyos, desdichado poetastro de suburbio, son cosas verdaderamente superiores a mis fuerzas y a mi paciencia, y han acabado por inspirarme el irresistible deseo de morir.

Y al final de la carta, Petronio se despide con unos consejos demoledores a Nerón:

… “¡Salud, augusto, y no cantes; asesina, pero no hagas versos; envenena, pero no bailes; incendia, pero no toques la cítara!

Luego de estos consejos mortales, no le quedó a Petronio, más remedio que suicidarse, como lo venía planeando ya hastiado de vivir en una sociedad corrompida hasta el tuétano. Nerón nunca le hubiera perdonado la osadía.

Volviendo a nuestro país y a nuestras atroces circunstancias, no creo que después de tantos años de desastre se les pueda aconsejar algo a los lamentables personajes de «La Hora de la Salsa». Tampoco creo que yo vaya a suicidarme después de ver el baile de la pareja presidencial, tan pertinente, tan oportuno, tan en su punto en estos momentos. Pero por lo menos me gustaría saber quién asesora a Nicolás Maduro. !O tal vez es todo producto de su propio ingenio!   ¿Le habrá alguien explicado que en el habla venezolana no es lo mismo “echar un pie” que “meter la pata”.

Qué es lo que quiere demostrar el presidente con ese programa y ese baile tan a destiempo, no lo sabemos. Lo que sí ha demostrado en todo momento, y hay que reconocerle su coherencia en esto, es que siempre ha bailado al son que le toquen.

Y ya sabemos (!hasta la saciedad!) de dónde viene ese son y de dónde son los cantantes.

4 comentarios en “Quo vadis?”

  1. Siguiendo el ejemplo que llevó al suicidio a Petronio por las “deposiciones” de Nerón, lástima que dentro de la cúpula del chavismo en Venezuela no haya nadie lo suficientemente experto y culto, al menos en cuestiones de salsa, para que acabe suicidándose también por las de Maduro. Emulando al Petronio de Sienkiewicsz en la Venezuela del 2016, nuestro personaje “inexistente” –sí, sí, los semas culto y chavista son excluyentes- se suicidaría por no poder seguir congraciándose el desdichado con los desaciertos archiconocidos de Nick ; y ahora, esos pasos salseros … ¡Una verdadera lástima!

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    1. Hay otro detalle del que no hablamos. Y es que la salsa fue inventada en New York con una mezcla muy rica de ritmos e instrumentos. Y fue creada por cubanos y puertorriqueños, como no, pero pertenecientes al vilipendiado «imperio». En la despectiva lengua de la «revolución» sus creadores caen en la categoría de «gusanos». No sé cómo digieren esto los salsómanos del Socialismo del siglo XXI. Gracias por tu lectura, amigo.

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