la fe es la que cura, mi amol

La gente cree en lo que quiere creer sin importar las evidencias. Pero la ciencia nos ha acostumbrado (a unos pocos, es verdad) a buscar evidencias, a demostrar, a comprobar.  Pero buscar evidencias es trabajoso, y al final de ese trabajo, que no es fácil, a veces nos encontramos con datos desagradables. Así que resulta más fácil, para un inmenso porcentaje de la población (llamado vulgo), creer a ciegas y ya. Que dejen de joder la ciencia y el raciocinio. La fe proporciona una gran comodidad. De ahí el triunfo de religiones y cultos.

Me vienen a la mente montones de ejemplos pero hay dos que son muy recientes y geniales.

  1. Al Bano y los dinosaurios.

Al Bano es un gran cantante italiano muy querido en su tierra. Es ganador de 26 discos de oro y 8 de platino, viajero internacional, hombre de mundo, etc.

En mayo de este año, muy afectado por los cierres de espectáculos, declaró —más o menos— que no había que tomarse la pandemia tan a la trágica. Que si el hombre había sido capaz de destruir a los dinosaurios (tan grandotes ellos), sería también capaz de acabar con un virus (pequeñísimo, el pobre). Al Bano dixit!

Ante estas declaraciones en TV, los medios (siempre insaciables) hicieron mucha leña de este árbol caído. Fue objeto de memes, gifs, tweets burlones, y hasta un video juego que se llama “Al Bano contra los dinosaurios”. El hombre, un poco de tiempo después fue entrevistado nuevamente en un programa famoso. (Un giorno di pecora, Rai 1).  Confrontado con sus declaraciones tan singulares el cantante ni se conmovió. Dijo que ÉL tenía la razón y que ÉL había visto en el Museo de historia Natural de Nueva York una imagen muy bella con un dinosaurio y los hombres de la época (sic) que lo mataban usando armas de todo tipo. Y que él sí había oído de los meteoritos (algo ha leído, vamos), pero que en su tierra (Puglia) donde se han encontrado restos de dinosaurios, nunca ha caído un meteorito. Es decir, no sólo los medios, sino la ciencia se equivocan.  Él tiene la razón.

Lo que se lee entre líneas es demasiado obvio y burdo: yo prefiero seguir creyendo esto y que vamos a acabar pronto con la despreciable COVID para YO poder seguir con mis conciertos.

2. Giuseppe Tiani y su amuleto antiCovid.

El señor Tiani NO es un cantante. Es un político. Es Secretario Nacional del Sindicato de Policía (SIAP) y Presidente de InnovaPuglia, el ente encargado de gestionar los grandes contratos sanitarios (y otros) de la región. Deduzco, por el cargo que ocupa, que tiene más años de estudio que el cantante anterior. Pues bien, hace poco dio unas declaraciones públicas haciendo los elogios de un ¡!!amuleto!!! Sí. Tal cual. Un amuleto producido con “tecnología de Israel”  y que tiene la virtud (que no la propiedad) de purificar el aire alrededor de quien lo usa de tal manera que el virus no se atreve ni a mirarte. Él ya había comprado el suyo (50 eurillos) y el de los miembros de la policía. Imagino que con fondos de los que pagamos impuestos.

No importa que los  expertos virólogos en todo el mundo hayan pasado casi un año estudiando la estructura del virus y sus mecanismos de transmisión. No interesa que se esté investigando intensamente para alcanzar una vacuna que pueda ayudar a la humanidad en esta situación. Importa lo que YO creo. Vamos a colgarnos los amuletos, porque las brujas no existen… pero de que vuelan, vuelan.

¡Muy fuerte! Incluso para esta venezolana que ha visto tantas cosas.

El “primer mundo” is overrated. Está muy sobrevalorado, that’s for sure.

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