Ötzi, el hombre de hielo u Homo tirolensis, fue hallado en septiembre de 1991 a 3.210 m en los Alpes de Ötztal (frontera Austria-Italia) por una pareja de alpinistas alemanes (Erika y Helmut Simon).

Al comienzo, pensaban que era el cadáver de un alpinista muerto hace tiempo, pero no sabían CUÁNTO  tiempo. Luego de las respectivas pruebas se supo que había vivido alrededor del 3.300 AC. Es decir, el bueno (o quien sabe) de Ötzi tiene ya 5.314 años de edad. Y ha llegado a nosotros intacto, como un antiguo mensaje, gracias a un proceso de momificación natural.

A esta altura, ya lo han examinado en todas direcciones y con todas las máquinas disponibles en este mundo. No han ahorrado ni esfuerzos ni dinero. De hecho, han construido un museo ad hoc que es el atractivo principal de Bolzano. Ahora se habla de Bolzano AÖ y DÖ. Y es que esta momia atrae turistas (i.e. money) al lugar, como antes las reliquias de los santos a las iglesias.

Todos esos exámenes han dado una ficha de Ötzi que la STASI envidiaría: talla, peso, colores, olores, gustos, hábitos, enfermedades, nutrición. Y claro, ya han reconstruido su posible aspecto que es modernísimo. Puede ser un tío nuestro en un «bad hair day», jejeje.

El hombre vestía un traje bien cortado, cosido y protegido, realizado con pieles de diferentes animales; una capa protectora bien abrigada y elaborada con cierta preocupación estética, con listones de pieles de colores en contraste; y un calzado sofisticado de dos capas: una especie de red que mantenía en su sitio la hierba embutida que le daba calor y un botín de piel sobre todo el conjunto.

Tenía además lo necesario para procurarse el sustento: una especie de antecesor del swiss army knife, una poderosa hacha, además de flechas con sus repuestos  y arco. El equipo para hacer fuego: pedernal y pirita para producir chispas además de  hongos y plantas secas usados como yesca para iniciar el fuego;  todo lo llevaba en una especie de koala o fanny-pack de primeros auxilios que contenía, además,  unos hongos de propiedades antibacterianas. Las cosas grandes (¿carne de caza, tienda de campaña? who knows…) las transportaba en un morral del que sólo se encontró la espuerta o armazón.

Al parecer, Ötzi era un hombre listo que sabía cuidarse sólo y que tenía conocimientos de medicina natural y un sentido de la orientación envidiable. Al morir accidentalmente tenía unos 46 años, edad que no está nada mal, si se tiene en cuenta las duras condiciones.

Sufría de artritis en varias partes de su cuerpo donde encontraron tatuajes  de carbón que se supone tenían propósitos curativos ya que coincidían con las zonas de artritis encontradas en los exámenes. Los tatuajes más antiguos que se conocen.

Pero al parecer,  nada es suficientemente protector ante la violencia humana que siempre nos ha acompañado.

Una punta de flecha encontrada en su tórax y varias heridas en el cuerpo han llevado a la conclusión de que Ötzi murió asesinado. Por gente que viajaba con él, probablemente. Por gente que estaba muy cerca de él.