
Amigos queridísimos:
Me gustaría comenzar con buenas noticias, pero nope.
Y esta vez no es del mundo de la política. Hemos visto que los políticos nos decepcionan cada día (en Italia, Renzi se alía con Berlusconi, por ejemplo), las religiones también. Teníamos una cierta esperanza en la ciencia. Pero de allí es de donde ahora nos llegan las tormentas y los tormentos (¡ay, qué haríamos sin el lenguaje revolucionario!) ahora.
Ayer, como quien abre la nevera y dice “no hay leche”, Stephen Hawkins abre su computador y dice (es un decir) “No hay agujeros negros”.
Así como lo oyen:
NO HAY AGUJEROS NEGROS
El hombre lo ha estado pensando bien, y el País lo recoge así:
…Un agujero negro, en principio, es algo tan simple como un lugar de tan inmensa densidad de materia y energía que su gravedad curva el espacio-tiempo hasta tal punto que nada, ni siquiera la luz, puede escapar. Pero además, dadas sus condiciones extremas, es un banco de pruebas predilecto de los físicos teóricos para explorar sus conjeturas. El punto crítico de los agujeros negros que Hawking ataca ahora es el denominado horizonte de sucesos, esa frontera a partir de la cual nada puede escapar de la atracción gravitatoria, ni la luz…
Años anteriores vimos la desaparición de (entre otros):
- La mula y el buey
- El limbo
- El purgatorio
..ahora es el turno de la ciencia, con los agujeros negros.
(pregunta al margen: ¿estará el infierno, en la lista afrodescendiente?)
El asunto es que al ciudadano común le venían bien esos conceptos. Los legos, que no somos ni filósofos, ni teólogos, ni científicos, también los utilizamos, Durante años dijimos, por ejemplo, que tal cosa se había quedado en el limbo, queriendo decir, que esa tal cosa se había quedado en un suspenso que no permitía avance ni retroceso, por lo que la tal cosa se convertía en inútil para todos los efectos.
No me hagas pasar por este purgatorio, es una expresión que solía ser común y que no necesita explicación.
El agujero negro nos vino bien también como expresión metafórica: a tal cosa se la tragó un agujero negro se decía cuando esa tal cosa había desaparecido y ya no la podíamos recuperar. El agujero negro venía a ser como un limbo, pero destructor, maligno tal vez. Como el árbol devorador de cometas de Charlie Brown.
¡Ah mundo, Barquisimeto!, diría un barquisimetano. ¿Y ahora qué hacemos?
Imagino estas noticias en manos de nuestros superinteligentes ministros, o del soi disant presidente:
¿Se fijan? Dicen que en Venezuela estamos mal porque no hay leche, no hay papel, no hay harina, no hay azúcar. Pero ELLOS (gritado), los del IMPERIO (no tiene nada qué ver, pero como no tienen argumentos, lo mencionan siempre) están INFINITAMENTE peor: Ya no tienen ni agujeros negros….¡Abajo el imperio, carajo!
ps: la pregunta hablando (casi) en serio es ¿qué veían entonces, los científicos, en fotos como la que presentamos?