…sí me la han cambiao

Lobo tristeHace tiempo oí un chiste malo en el que Caperucita Roja va por el bosque y se encuentra con el lobo. Al comenzar el lobo su conocido parlamento de ¿dónde vas Caperucita, etc., la niña con desenfado lo interrumpe y le dice “anda a lavarte ese culo” y sigue su camino. El lobo se queda perplejo y lo único que acierta a decir es:

«Esta historia sí me la han cambiao…»

Como el lobo de esta moderna fábula quedé yo cuando leí la noticia de que “Maduro se reúne con intelectuales en el Cuartel de la Montaña

A ver, que Maduro puede reunirse con cualquiera, y ¡ojo! no porque Venezuela sea un país libre y democrático en el verdadero sentido de la palabra… sino porque él es quien manda. Así de simple.

Lo que me ardió en los ojos del cuerpo, del intelecto y del alma fue la presencia de las palabras “intelectuales”, “reunión” y “cuartel” en la misma oración y pienso como el lobo, estupefacta, en este bosque de contradicciones que es nuestro país:

«Esta historia sí me la han cambiao…»

Porque, vamos a ver, si hacemos una oración para completarla, tipo «Los intelectuales se reunieron en ….. ;  algunas palabras candidatas podrían ser

…la universidad

…la biblioteca

…el museo

hasta el café o la plaza o el parque podrían ser candidatos.

«El cuartel»… eh… cómo decirlo para que lo entienda una mente simple (“simple” en sentido negativo), NO califica para completar la frase.

Según los estudios neurolingüísticos las neuronas encargadas del procesamiento semántico lanzan una especie de “alerta” cuando detectan un despropósito, un sinsentido; alerta que se puede registrar por medio de la técnica de potenciales evocados y observar en una pantalla. Gracias a estas neuronas nuestro cerebro, nuestro “pensamiento” distingue lo coherente de lo incoherente y nos ayuda a navegar de foma (más o menos) segura en nuestro mundo.

Otra noticia que leí dice que Maduro exhorta a los intelectuales reunidos en el cuartel de la montaña a «construir un nuevo pensamiento económico«….

No quiero saber lo que es un «nuevo pensamiento económico» generado en los cuarteles, ni siquiera coordinado por  un premio Nobel de la economía.

Dicen que el cerebro humano tiene entre 15 y 33 billones de neuronas…

¿Bastarán para detectar tanto despropósito? Pareciera que más que un nuevo pensamiento económico necesitamos un nuevo sistema nervioso.

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