Hay gente que vive sin Internet, y no sólo en los países subdesarrollados. El año pasado vi un vídeo donde una periodista italiana le preguntaba a una pareja de sexagenarios (italianos) algo sobre Internet, y la entrevistada sin rubor alguno le preguntó qué era eso. El marido ni pestañeó…
Vamos a estar claros: si nunca has necesitado Internet, puedes pasarte sin ella. Pero una vez que la usas no hay salvación. Grandes escritores (me viene a la mente Saramago) vivían de espaldas a ella y tengo amigas (en Italia y en Venezuela ) que se niegan a usar teléfonos inteligentes. Yo, confieso, no he vuelto a ser la misma desde que puedo abrir mi laptop y pasear por el mundo diariamente al módico precio de un café hecho en casa y un poco más.
Sobre el uso de Internet por niños y jóvenes hay posiciones apasionadas. Siempre hay quien dirá que es la panacea para el aprendizaje, y otros, que es su enemiga número uno. Lo que me hace pensar en la pregunta sobre los cuchillos: ¿son o no peligrosos? Y ya sabemos que la respuesta no es sólo una. Digamos que son extremadamente útiles e incluso imprescindibles en la cocina en el proceso de cocinar. Y sí, se pueden usar para matar. Pero no por eso los debemos prohibir o detestar. Sólo enseñar su buen uso e ¡inculcar decencia en las personas, damn it!
Y hablando de cuchillos e Internet, hace unos días leí la parte final de una atroz noticia en un diario español. Un joven brasileño vino a España a buscar mejores oportunidades y se alojó con un tío y su familia. Un día del año pasado la familia apareció brutalmente asesinada (tío, tía y sus hijos de 2 y 4 años), y ya adivinan que el autor fue este joven de 20 años, Patrick Nogueira, el que había venido a probar suerte en España.
En su interrogatorio confiesa ser el autor y cuenta detalles del abominable hecho. El diario dice textualmente: “E incluso indagó en Internet cuál era el método más rápido para deshacerse de sus cuatro familiares. “¿Cómo matar a alguien en tres segundos?”, tecleó en un buscador, según fuentes de la investigación”.
Días después, y como antídoto a esta atroz muestra del uso de cuchillos y de Internet, encontré un enlace al epitafio de Seíkilos, la composición musical completa más antigua que se encuentra en el mundo y que incluye anotaciones de cómo interpretarla. Luego, navegué por todas las fabulosas versiones musicales que han surgido gracias a esas pocas pero preciosas instrucciones dejadas por alguien unos 200 años AC.
Los versos del epitafio que (probablemente) un hombre llamado Seíkilos le dedica a su esposa Euterpe que acaba de morir dicen:
Mientras vivas, brilla. No tengas pena alguna
La vida dura muy poco. Y el tiempo exige su final
Yo encontré esta maravilla utilizando la misma Internet que usó Patrick, el asesino.
Si quieren oírla: